viernes, 20 de junio de 2014

Carta pública al Rey Felipe VI de España, en su primer día de trabajo, sobre las regulaciones bancarias que discriminan a muchos de sus súbditos.

Estimado Rey Felipe VI de España. 

No soy su súbdito, pero por cuanto durante unos dos breves años fui honrado con ocupar como Director Ejecutivo la silla que junto a siete otros países representaba a España en el Banco Mundial, y por muchas otras razones que no vienen al caso, me preocupo por el bienestar de España.

Hoy, después de haber oído unos párrafos de su discurso de ayer y que me indica que puede Usted estar interesado en el tema que tocaré, guindo esta carta en la red con la misma esperanza que le llegue que podría tener de introducirla en una botella y ponerla a navegar por los océanos… pero quien sabe :-)

El mensaje que le deseo hacer llegar es que todos aquellos súbditos suyos que no pueden obtener las mejores calificaciones crediticias, entre otro por el costo que solo ese proceso implica, están siendo odiosamente discriminados en su acceso al crédito bancario, no sólo por los banqueros, lo cual sería natural y tradicional, pero en este caso, y sin ninguna justificación, por los reguladores bancarios.

Aquello ocurre por cuanto al permitir los reguladores a la banca mantener un capital accionario muchísimo menor cuando financian a un “infalible” que cuando financian a un “riesgoso”… lo cual se traduce en que los bancos obtienen un rendimiento ajustado por riesgo mucho mayor sobre su capital financiando los infalibles que financiando los riesgosos… lo cual resulta en que los infalibles obtienen más crédito a menores tasas que lo normal, mientras que los riesgosos reciben menos créditos y a tasas comparativamente más altas que lo normal.

Y tal discriminación regulatoria se hace especialmente pesada en épocas cuando la banca anda extremadamente escasa de capital social, especialmente por haber sufrido grandes pérdidas en actividades consideradas como no riesgosas y para las cuales le era permitido tener muy poco capital.

Y como consecuencia directa de todo esto una multitud de empresas medianas y pequeñas, así como emprendedores, no tiene ese justo acceso al crédito bancario que les permitiría crear las fuentes de trabajo que tanto necesita la juventud de España, para no volverse una generación perdida.

No deseo quitarle más tiempo, si desea puede encontrar mucho más sobre el tema en este mismo sitio, y por supuesto me sitúo a sus órdenes. No obstante, antes de despedirme, permítame explicarle la razón por la cual sostuve anteriormente que esta discriminación regulatoria es totalmente injustificada.

Simplemente resulta que en la historia jamás se ha desatado una crisis bancaria significativa como resultado de un exceso de préstamos a los que eran considerados como riesgosos, todas tales crisis han resultado de excesivos prestamos a los que se consideraban como muy seguros desde un punto de vista crediticio, como puede ser el sector inmobiliario, la AAAristocracia o, perdóname por tener que recordarlo, uno que otro soberano infalible.

Majestad, pídale solo a los reguladores que le expliquen donde rayos encuentran ellos la causalidad entre un prestamista ser calificado ex ante como riesgoso, desde el punto de vista crediticio, y la quiebra de bancos.

¿De por qué no hablo directamente con los reguladores? Lo he tratado por más de una década… en cientos de ocasiones…por todas las vías posibles… pero quienes se creen genios no les gusta oír sobre la posibilidad de que estén totalmente equivocados. Quizás Usted pueda tener más suerte… por lo menos al estar comenzando este su primer día de trabajo como Rey.
Por cierto… ¡Buena suerte!

Atentamente,

Per Kurowski

@PerKurowski

Nota: Mientras esta carta viaja por la red se agradece toda sugerencia para que, de llegarle a las manos de Felipe VI, por lo menos cumpla con las formalidades más básicas.