Me permito hoy alejarme de nuestra tragedia nacional, para referirme a la tragedia global del creciente desempleo juvenil; que sostengo es en gran parte causado por las pésimas regulaciones bancarias del Comité de Basilea.
Tales regulaciones establecen que los bancos deben mantener mucho más capital, o sea patrimonio, para los activos considerados como "riesgosos", que para aquellos que se perciban como "absolutamente seguros". Y eso no tiene sentido.
Así, la banca logra obtener muchos mayores rendimientos ajustados por riesgo sobre su patrimonio, prestándole a "los infalibles", que prestándole a "los riesgosos". Y lo cual solo significa favorecer lo ya favorecido por el mercado, y discriminar lo ya discriminado por el mercado. Sus consecuencias son nefastas.
Eso solo asegura que cuando uno de esos ex antes "infalibles", resulta, tarde o temprano, ex pos, no serlo, que el banco tendrá poco patrimonio con qué responder.
Y peor aún, vuelve añicos las posibilidades de que la banca logre asignar con eficiencia los recursos crediticios en la economía real... lo que significa poca creación de empleos.
En Washington, en octubre, habrá una "Cumbre de Juventud". En un mundo donde abundan los viejos que están más preocupados por su propio bienestar que por las perspectivas de sus jóvenes, puede que tal cumbre no reciba la debida atención.
Esa cumbre invita a personas de 18 a 35 años de edad, a presentar propuestas sobre unos casos de desarrollo; que pongan de relieve los desafíos que en la vida real enfrentan las organizaciones para el desarrollo. Uno de éstos se titula "Un mejor producto financiero para microempresarios, jóvenes y pequeñas empresas".
Y como por "viejo" no puedo competir, aquí les cuelo mi propuesta:
Reguladores. Eliminen sus requerimientos de capital basado en riesgo percibido. Con éstos solo incentivan los bancos a prestarle más de la cuenta a lo "absolutamente seguro". Acepten que el desarrollo requiere de la toma de riesgos.
Además, de nada les sirve su aversión al riesgo. Todos los problemas de la banca, los de ayer hoy y siempre, se derivan de lo que ustedes y los banqueros consideran como absolutamente seguro; tales como soberanos, bienes inmuebles y poseedores de calificaciones crediticias AAA. Jamás hemos sufrido una crisis bancaria mayor a consecuencia de excesivos préstamos a nosotros, los "riesgosos", los microempresarios, los jóvenes y las pequeñas empresas.
Y si absolutamente necesitan distorsionar el mercado, para así justificar sus sueldos o alimentar sus egos, permítale entonces a los bancos mantener menos capital sólo de acuerdo a lo que indicaría unas calificadoras sobre el potencial de generación de empleo juvenil, o de ayuda a la sostenibilidad ambiental.
Por lo menos así la banca estaría cumpliendo un propósito social más importante que el ser la financiera de la vieja AAAristocracia.
Nosotros, "los riesgosos", también tenemos derecho al crédito bancario en términos competitivos; sin quedar relegados a tener que usar entes especializados en microcréditos.
La banca no se puede dar el lujo de no correr el riesgo con "los riesgosos". De eso depende que se generen nuestros futuros empleos, los "infalibles" del mañana, y hasta los bancos seguros.
Nota: La cumbre es organizada por la Asociación de Profesional Jóvenes del Banco Mundial, la Fundación de las Naciones Unidas, una ONG de Los Ángeles de nombre Athgo, y YEN, una red creada por el Banco Mundial, las Naciones Unidas y la Organización Internacional de Trabajo (OIT).