Negar un crédito por sólo buscar reducir la
vulnerabilidad del sistema financiero, podría significar la pérdida de una
oportunidad única para lograr el crecimiento económico.
Todo desarrollo implica riesgos, por lo que su camino,
por definición, está regado de quiebras y lágrimas, enmarcados en el vaivén
humano de un pasito para adelante y 0,99 pasitos para atrás. Puede entonces que
la mejor manera de regular sea permitiendo que también algunos bancos quiebren,
antes de que sus problemas se hayan calcificado o sean demasiado grandes.
Es posible que los países desarrollados jamás se
hubieren desarrollado bajo el yugo de una regulación financiera puritana y de
allí mi insistencia desde 1997 en la necesidad de que la perspectiva del
desarrollo sea considerada al momento de regular. Parafraseando a alguien; la
regulación del sistema financiero es demasiado importante como para dejarla en
manos de reguladores y banqueros.
Además, en un mundo que tanto predica las bondades de
la mano invisible del mercado, con sus millones de mini-reguladores, nos
extraña que Basilea delegue, sin rechistar, tanta responsabilidad en las manos
de unas muy pocas y muy falibles calificadoras de créditos.
Basilea ha sido
recientemente objeto de importantes críticas:
El Banco Mundial en su 'Desarrollo Financiero Global
del 2003', refiriéndose a las nuevas formas de calcular los requerimientos de
capital, conocidas como Basilea 2, alerta tanto sobre el riesgo de que se
encarezca y dificulte aún más el acceso de los países en desarrollo a fuentes
financieras, como que se favorezca a los bancos internacionales en perjuicio de
los bancos domésticos.
El Dr. Alexander Kern, de la Universidad de Cambridge,
declaró recientemente en un seminario organizado por el G24 (países en vía de
desarrollo), que por cuanto las normas han sido desarrolladas casi
exclusivamente por los países europeos (G10), carecen de la transparencia y
legitimidad necesaria, como para aceptar que estén sujetas a un proceso de legalización
internacional quasi-obligatorio.
El contralor de la Moneda de Estados Unidos y
encargado de supervisar el 55% de la banca de su país, declaró su inconformidad
con las normas de Basilea 2, e incluso dijo que puede que ellos simplemente las
ignoren.
Amigos, quizás convenga incluir en todas las
enciclopedias que emita Basilea: 'Advertencia,
el exceso de regulaciones bancarias de Basilea puede ser muy perjudicial para
el desarrollo de su país'