jueves, 10 de febrero de 2011

Pobres ministros de hacienda

Cuando por primera vez oí anunciarse el Banco del Sur escribí "¡Qué soberana tontería soberana! ¿Otro banco? Parece que no tienen idea del hecho que las calificadoras de crédito influencian actualmente la dirección de los capitales mucho más que los bancos". A los muy pocos meses de aquello apareció la Comunidad Europea exigiendo la conformación de una agencia calificadora europea que tuviese más entendimiento sobre Europa. Esa calificadora se ha quedado en veremos, por cuanto no encuentran manera de cómo lograr influenciar, sin que se note. 

Y es que las calificadoras de crédito han adquirido una importancia monumental sin precedentes por cuanto el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, que determina tanto de las regulaciones bancarias a nivel mundial, arrogantemente decidió jugar a ser el administrador mundial de riesgos bancarios, y decidió imponer requerimientos de capital a la banca de acuerdo a las calificaciones de crédito, no las de los propios bancos, sino las de las empresas a los cuales los bancos le prestan… y todo como si los bancos no considerasen tales calificaciones para nada. 
 
Y entre todas las calificaciones de crédito no hay unas más importantes que las de los propios países soberanos. Y entre todas las calificaciones de crédito no hay unas más difíciles de determinar que las de los propios países soberanos. Y entre todas las calificaciones de crédito no hay ningunas que presentan tantas contradicciones como las de los propios países soberanos. Y entre todas las calificaciones de crédito no hay ningunas tan políticamente delicadas como las de los propios países soberanos. Pobres ministros de Hacienda y sus oficinas de deudas públicas buscándole la tan elusiva por inexistente lógica a sus notas crediticias. 
 
¿Y a quién pueden los ministros recurrir para obtener consejos sobre cómo actuar en ésta materia tan delicada?… no podrá ser a sus subalternos quienes jamás se atreverían a expresar algo como que una mala calificación puede estar otorgada por una razón merecida… no podrá ser a quienes se venden como los grandes gurús en la materia y se benefician con mantener la incompresibilidad de la materia. No, solo unos escépticos libres de conflictos de interés, les pueden proporcionar a los ministros el análisis de una artificiosa realidad que incluya todas las subjetividades que en ella cohabitan. 

Esos escépticos libres de conflictos de interés, son los que le pueden informar sobre asuntos subterráneos tales como que a Fulano o Zutano soberano solo le rebajaron las nota crediticia un nivel, en lugar de los tres que se merecen, por cuanto el ya haberlos degradado dos niveles, significaría que los bancos hubiesen tenido añadir tantos billones en capital de ese capital bancario que tanto escasea; demostrando además que las pruebas de esfuerzo de los bancos presentado a la opinión pública por las autoridades hace sólo unos poco días, no sirven para nada. 
 
Un ministro de Hacienda debe buscar las verdades y no puede darse el lujo que un colega suyo las sepa y él no. Para ello necesita de un grupo de analistas escépticos que le ayudan a comparar a su soberano con algunos otros soberanos, para así darle ideas sobre el qué hacer o cómo aprovechar mejor las locuras del mundo moderno… o por lo menos permitirle dormir algo mejor viéndolo con otra perspectiva. En conformar ese grupo de escépticos es en lo que ando.